sábado, 11 de agosto de 2012

Esclavos del alcohol

   Investigadores utilizaron tecnología por imagen para observar los efectos del alcohol en los cerebros de 13 personas alcohólicas y un grupo de control de 12 personas que no lo eran.
En todos los participantes, la ingesta de alcohol disparaba la producción de endorfinas en áreas del cerebro que producen sentimientos de placer y recompensa. Las endorfinas son proteínas que son producidas naturalmente en el cerebro y tienen efectos opioides.


   Mientras más cantidad de endorfinas se segregaban, mayores eran los sentimientos de placer reportados por las personas en ambos grupos.  Esto provee la primer evidencia directa de cómo el alcohol hace que quien lo consuma se sienta bien.

   Al señalizar las locaciones exactas del cerebro en dónde las endorfinas son segregadas podría derivar al desarrollo de drogas más efectivas para tratar el abuso al alcohol.
Los hallazgos demuestran que el cerebro de las personas con problemas alcohólicos está cambiado de manera que son más propensos a encontrar el alcohol más placentero, y podría ser una pista sobre cómo los problemas con la bebida se desarrollan en primer lugar.

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